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Preinscripción Universitaria 21-22

masterTerminado el trance de los exámenes de la Selectividad, ahora conocida como la PEvAU (Prueba de Evaluación para el Acceso a la Universidad), se inicia el proceso de preinscripción universitaria, esto es, solicitar plaza en las distintas facultades del país.

Dado que las competencias en Educación están delegadas a las distintas comunidades autónomas, si quieres solicitar plaza en facultades de comunidades distintas, tendrás que repetir ese trámite de preinscripción en aquellas comunidades donde estén las facultades donde te interese ir; explicado de manera más sencilla, si te interesa solicitar plaza en la Complutense de Madrid, además de en la Universidad de Cádiz y en la Autónoma de Barcelona, por ejemplo, tendrás que hacer dicha solicitud de plaza en Madrid, Andalucía y Cataluña.

Para hacerte este proceso más sencillo, he recogido en este artículo los enlaces que las distintas comunidades autónomas han abierto para realizar la preinscripción de plaza para el curso académico 21-22. Ten en cuenta que normalmente, si realizas la solicitud en tu comunidad, el proceso se realiza totalmente on line, mientras que si lo haces en una comunidad distinta después de haber realizado la solicitud telemática, deberás enviar por correo postal (preferiblemente certificado) fotocopias compulsadas de los documentos que acrediten que cumples los requisitos para solicitar plaza universitaria (DNI, resguardo de solicitud del título de Bachillerato, tarjeta de PEvAU – Selectividad…)

Andalucía

Aragón

Asturias

Cantabria

Castilla La Mancha

Castilla y León

Cataluña

Comunidad Valenciana

Extremadura

Galicia

Islas Baleares

Islas Canarias

La Rioja

Madrid

Murcia

País Vasco

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Estudiar en casa

¿Y ahora qué? Seguro que es la pregunta que te has hecho en estos días en los que estamos sin clases, en los que tienes que seguir trabajando tus materias pero no sabes muy bien cómo hacerlo, hasta el punto de que la incertidumbre te genere cierta inquietud y puedas caer en la confusión y la desidia. Acostumbrados a clases diarias, la realidad nos obliga a cambiar nuestra rutina cotidiana, de ahí que puedan venirte bien esta serie de pequeños consejos parestudioencasaa seguir avanzando en tu aprendizaje en estos “días extraños”:

  1. ORGANIZACIÓN: la organización de tu horario y de tus tareas es esencial. Sigue un horario y agenda diaria con todas las tareas que debas hacer, especificando cuánto tiempo requiere cada tarea y el material que necesitas para ello. No hay mejor herramienta para ser organizado que seguir una rutina de estudio que nos ayude a convertir el estudio de estos días en un hábito.
  2. CONSTANCIA Y DISCIPLINA: lo que caracteriza a un buen estudiante es la constancia, que normalmente no es algo innato sino que se consigue estableciendo rutinas de trabajo diario que organicen nuestro día a día.  Si sigues las que te has marcado en tu agenda, favorecerás la adquisición de un hábito y evitarás la acumulación de trabajo.
  3. MOTIVACIÓN: afronta el estudio de manera positiva y activa, considerando cada tarea realizada un éxito y un paso que nos acerca a la meta que nos habíamos fijado a principios de curso.
  4. CREA UN GRUPO DE APOYO: estudiar desde casa puede crear una sensación de soledad, aunque estudiar así no tiene que significar estudiar solo. A través de los grupos de WhatsApp se pueden resolver dudas, si tu colegio tiene aula virtual puedes trabajar en equipo, podemos colaborar a través de Google Drive de manera simultánea. Y no olvides que tus profesores van a seguir estando ahí para cualquier duda que tengas, contactando contigo a través del correo y de los medios que las nuevas tecnologías nos ofrecen. ¡Cuenta con ellos en estos días como siempre lo haces en el colegio!
  5. ACCESO AL AULA VIRTUAL: accede al aula virtual del colegio y trabaja virtualmente desde el dispositivo que mejor se adapte a cada situación. Si tienes un portátil o un ordenador de sobremesa trabaja preferiblemente con él antes que con tu tableta o tu móvil, evitando así distracciones inoportunas.
  6. LUGAR DE ESTUDIO: estudia en un lugar donde no haya distracciones, preferiblemente en una mesa y silla cómodas, no en el sofá delante del televisor. Antes de ponerte a estudiar, prepara todo el material necesario para evitar tener que levantarte frecuentemente.
  7. DESCANSOS: haz descansos de manera periódica, pero evita que estos descansos te hagan perder la concentración y salir del “modo trabajo” en el que estabas. Nada de “paro un momento para echar una partida a la Play” o cosas por el estilo, ya que caerás con facilidad en un estado de procrastinación (“dejar para mañana lo que puedo hacer hoy”).
  8. SÉ POSITIVO: aprovecha estos días para intentar conseguir una rutina de estudio, para hacer esos cambios en tu método de estudio que siempre tenías en mente pero la falta de tiempo te impedía, para ser autónomo e independiente en tu trabajo.
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La Navidad y el exceso de regalos

2Se acerca ya la Navidad y seguramente todos nuestros hijos han escrito ya la lista de regalos a Papá Noel y los Reyes Magos, empujados por los muchos catálogos de juguetes que los diferentes comercios y grandes almacenes han ido dejando en nuestro buzón  desde hace unas semanas. Y seguramente todos hemos visto como los niños llenan de cruces estos catálogos, pidiendo a diestro y siniestro y provocando en los padres la duda de qué regalos y sobre todo, cuántos, es adecuado que reciban.

Es obvio que se debe evitar el exceso y aunque no haya una cifra exacta de los regalos que deben recibir, es aconsejable hacer un ejercicio de sensatez. Sin embargo, esto es una tarea compleja, sobre todo porque la llegada de regalos encargados por abuelos, tíos y demás familiares provoca una abundancia difícilmente contenible.

Este exceso puede propiciar que se vuelvan caprichosos, que los valoren poco, que pierdan el interés por ellos rápidamente, que sean descuidados, que no sepan jugar a nada y que terminen aburriéndose…, además de generar en los más pequeños una falsa ilusión de que lo pueden tener todo y que para ello, les basta con pedirlo.

Pero a pesar de haber sido sensatos en cuántos juguetes comprarles, podemos encontrarnos de manera inevitable con la típica imagen del niño en la mañana del día de Reyes abriendo paquetes de manera nerviosa, uno tras otro, sin reparar siquiera en su contenido. ¿Qué hacemos entonces, cuándo, debido a la suma de los presentes de toda la familia, nos encontramos con una montaña de nuevos juguetes? Lo recomendable ante esta situación es guardarlos e ir dándoselos poco a poco, por ejemplo uno o dos cada semana, para guardarlos un par de semanas más tarde. De esta manera el niño tiene tiempo suficiente para jugar con cada uno, a la vez que aprende a usarlo correctamente.  También es recomendable donar juguetes con los que ya no juega a otros niños u organizaciones benéficas o bien venderlos en el mercado de segunda mano, dándoles el dinero conseguido para su hucha, con lo que podremos conseguir que cuiden mejor de sus objetos.

Por otro lado, no hay que olvidar que los niños pueden jugar sin juguetes; de hecho, encuentran muy estimulante y divertido construir casas con cajas de cartón para sus muñecos, hacer un circuito sobre cartulina para sus coches, un avión con botellas de plástico… Y es que en ocasiones el juguete puede ser un obstáculo a la imaginación y la creatividad, ya que lo da todo hecho.

Finalmente, es necesario jugar con nuestros hijos, cosa que muchas veces no tenemos en cuenta: los niños disfrutan tanto porque tienen el juguete que querían, como porque sus padres juegan y comparten risas y tiempo con ellos. Un paseo por el parque, dibujar con mamá o dar patadas a un balón con papá es siempre más estimulante y enriquecedor que una montaña de juguetes.

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Fomento de la lectura

3Este verano se hizo viral una imagen del truco de una madre italiana para fomentar la lectura entre sus hijos: cambió la contraseña de la red wifi de casa por un detalle que aparecía en un libro que éstos debían leerse si querían volver a navegar por Internet. Esta noticia no es más que un ejemplo de los esfuerzos que muchas veces hay que hacer para que nuestros hijos se aficionen a leer.

Y es que en el mundo que nos rodea, con tanta tecnología y realidad virtual, con información por todas partes, es todavía más necesario que antes el fomento de la lectura, no solo como herramienta de ocio, sino como algo básico para el desarrollo integral de la persona. Dada la importancia de la lectura y que no nacemos siendo lectores (además de que no todos tenemos tanto ingenio como esta madre italiana), he aquí unos consejos que nos facilitarán la labor de convertir a nuestros hijos en amantes de la lectura:

  • Busca un lugar concreto para leer: si empiezas a leer con él y lo haces en un lugar especial (un sofá acogedor, el balcón en primavera…), asociarás la lectura con ese rincón y con un momento agradable en el que compartes tu tiempo con él.
  • En la línea del consejo anterior, organiza un lugar atractivo donde tengan sus libros, cómics y cuentos: el material de lectura, siempre debe estar a su alcance. Muchas veces caemos en el error de colocar sus libros en estanterías a las que no llegan, o en lugares apartados de la vista, cuando lo que debemos hacer es poner los libros al alcance de su mano, literalmente, para que tiendan a cogerlos espontáneamente como hacen con sus juguetes.
  • Exposición temprana: aunque no sepan leer, podemos empezar a fomentar su hábito lector leyendo cuentos en voz alta, con la entonación adecuada, levantando la mirada del libro de vez en cuando para ver si están interesados y a la vez hacerles partícipes de la lectura.
  • Predica con el ejemplo: que te vean leyendo, además de visitar habitualmente con él librerías y bibliotecas.
  • Como con cualquier costumbre, se necesita tiempo y tranquilidad para conseguir adquirir el hábito de la lectura. Empieza leyendo con él todos los días un poco, habla después de lo que habéis leído, para pasados los días, dejar que lea por sí mismo. Solo con constancia y paciencia conseguirás que tus hijos se conviertan en buenos lectores.
  • No impongas títulos, géneros o gustos propios: que sean ellos los que elijan qué leer, no importan que empiecen con cómics, libros con muchas ilustraciones y poco texto, revistas infantiles… Incluso los álbumes de cromos ilustrados pueden ser una primera lectura perfecta para los más pequeños.
  • Muestra interés por lo que están leyendo, hazle preguntas sobre lo que leen, no solo para comprobar que realmente leen y lo entienden, sino simplemente por hacerles ver lo contento que estás porque están leyendo.
  • Ve con él a la biblioteca pública y hazle el carnet de usuario. Explícale cómo se usa, anímale a echar un vistazo por ella y a llevarse libros para leerlos y después devolverlos.

Y para terminar, tan importante como los consejos para fomentar la lectura, un decálogo sacado de la web de la editorial SM con los errores a evitar si no queremos que terminen odiando leer:

10 mandamientos para odiar la lectura

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Jugar en la calle

1Vivimos en un mundo en el que todo avanza muy deprisa, en el que todo está organizado y regulado, que no nos deja tiempo para nada que no esté en la agenda. Todos, adultos y niños, nos vemos inmersos en esa vorágine de rutina, horarios, trabajo y responsabilidades. De lunes a viernes apenas tenemos tiempo para nada y cuando lo hay, caemos en el error de llenarlo de más actividades programadas, convirtiendo la semana en una sucesión de trabajo o colegio, actividades extraescolares, deberes, ducha y cena.

Todo esto hace que a actividades para los niños tan básicas y necesarias como jugar al aire libre se les dedique menos tiempo del que se debe. Pensemos tan solo en cuántos de nosotros sustituimos el tiempo de juego en la calle de nuestros hijos por más actividades extraescolares o por clases particulares de refuerzo de inglés, matemáticas…, bien a causa de que nuestro horario laboral nos obliga a ello, o en el peor de los casos, por no saber qué hacer con los niños en casa.

A nadie se le escapa la importancia que el juego tiene para el desarrollo físico e intelectual del niño. Y la influencia positiva del juego se ve aumentada si se hace solo con otros niños, sin organización de un adulto y al aire libre. Sin embargo, en un reciente estudio, aunque el 97% de los cerca de 2100 padres que participaron en él reconocían la importancia del juego en la calle,  los datos apuntan a que el 49% de los niños españoles juega menos de una hora al día en el exterior.

Existe la falsa creencia de que los niños de hoy en día no son capaces de jugar a lo que jugábamos nosotros (el fútbol, la comba, la peonza…) Es cierto que, absorbidos por la videoconsola, los móviles e internet, los juegos tradicionales han perdido terreno, pero basta con bajar a la calle con el niño para darnos cuenta de que saben jugar tal y como lo hacíamos antaño.

Con el juego al aire libre aumentan las oportunidades de relacionarse con otros niños, de distintas edades y colegios, ampliando así su círculo de amistades y desarrollando sus habilidades sociales; de hecho, en otro reciente estudio se recogía que en el juego al aire libre los niños usan cinco veces más palabras que en el juego interior. Jugar en la calle da la oportunidad también al niño de conocer su entorno cercano, su barrio, a menudo oculto tras las cortinas de casa, ganando así en autonomía y seguridad.

Y en la calle se hace ejercicio físico, sin necesidad de tener que estar practicando un deporte concreto. ¿Quién no ha terminado rendido tras una tarde jugando al escondite o saltando a la comba? Por el contrario, el uso excesivo de la tecnología como elemento de ocio (televisión, videojuegos y móviles) es uno de los factores causantes del aumento de los índices de sedentarismo y obesidad infantil que sufrimos hoy en día.

Todo lo anterior nos obliga a aprovechar cualquier pequeña oportunidad para salir a la calle con nuestros hijos y dejar que jueguen libremente. A la vez que ellos juegan, nosotros podemos escuchar música, leer una revista o simplemente descansar de un día ajetreado mientras ellos gastan la energía desbordante de la infancia.

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Agresividad en niños: técnica de la tortuga

1Hablamos de agresividad cuando provocamos daño a una persona u objeto. La conducta agresiva es intencionada y el daño puede ser físico o psíquico. En el caso de los niños la agresividad se presenta generalmente de manera directa, ya sea en forma de acto violento físico (patadas, empujones,…) como verbal (insultos, palabrotas,…). Pero también podemos encontrar agresividad indirecta o desplazada, según la cual el niño agrede contra los objetos de la persona que ha sido el origen del conflicto, o agresividad contenida según la cual el niño gesticula, grita o produce expresiones faciales de frustración.

Habitualmente cuando un niño emite una conducta agresiva es porque reacciona ante un conflicto. Dicho conflicto puede resultar de problemas de relación social con otros niños o con los mayores, a la hora de satisfacer los deseos del propio niño, problemas con los adultos surgidos por no querer cumplir las órdenes que éstos le imponen, problemas con adultos cuando éstos les castigan por haberse comportado inadecuadamente, o con otro niño cuando éste le agrede.

¿Cómo reducir las conductas agresivas? La técnica de la tortuga.

Podemos reducir las conductas agresivas utilizando la técnica de la tortuga: es un juego colectivo en el cual los alumnos imaginan que son tortugas que se esconden en su caparazón, doblando y juntando los brazos a sus cuerpos, inclinando la cabeza y cerrando los ojos, relajan sus músculos para hacer frente a las tensiones emocionales y buscan respuestas alternativas adecuadas socialmente para solucionar los problemas.

¿En qué circunstancias han de adoptar los niños la respuesta de la tortuga?

  • Cuando un niño se dé cuenta de que va a agredir a otro.
  • Cuando un niño está frustrado, enfadado o a punto de iniciar una rabieta.
  • Siempre que el maestro o la maestra diga la palabra tortuga.

En el siguiente documento tenéis el proceso de desarrollo y aplicación de la técnica de la tortuga para poder aplicarlo en clase:

Técnica de la tortuga

 

 

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Divorcio, separación e hijos menores

divorcio-efectos-en-un-niño-870x562El divorcio o la separación de una pareja es un golpe duro para todos los implicados en ella, pero especialmente para los niños. Los datos son contundentes: en el año 2012 se alcanzó la cifra más alta de divorcios desde 2008 y en casi el 48% de estas rupturas, había menores de edad a cargo de la pareja.

Ante una situación de divorcio o separación, la ansiedad, la inseguridad, el miedo o la tristeza son algunas de las emociones por las que suelen pasar los niños cuando viven este proceso. ¿Qué hacer para ayudarlos a superarlo y manejar las emociones asociadas?

En primer lugar, evitar anuncios por sorpresa, hablar con franqueza desde el principio, pero sin ofrecer detalles que solo incumben a la intimidad de los adultos. Al hablar con los hijos, acordar una misma versión entre padre y madre, transmitiendo que ambos van a seguir estando ahí y, sobre todo, que ellos no son culpables de nada.

Tras del anuncio, se debe dejar claro con quién van a vivir, dónde, régimen de visitas, vacaciones, colegios… Siempre que sea posible, mostrar acuerdo, tranquilidad y afecto entre los padres.

Y una vez asumida la nueva situación, definir las mismas normas y criterios educativos para cuando el menor esté en casa de la madre o del padre: lo que no está permitido en un lado, tampoco puede estarlo en el otro. Obviamente, es un error común que se debe evitar el caer en los excesos económicos (comprar regalos, juguetes, ropa de marca, caprichos excesivos…) como compensación por la situación por la que están pasando. Y nunca ceder a chantajes emocionales, utilizar a los niños como armas arrojadizas para perjudicar al contrario, amenazar con perder el contacto con la familia materna o paterna. Siempre se debe intentar mantener una actitud de respeto hacia la ex pareja, objetivo muy difícil, pero clave para consolidar sin traumas la nueva realidad de la familia.

Por último, ofrecemos una guía para padres editada por el Servicio de Psiquiatría Infanto-Juvenil del Servicio Murciano de Salud, que profundiza en los consejos dados en las líneas de arriba:

El divorcio y los hijos. Guía de uso

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Enuresis nocturna

enuresisCuando un niño no retiene la orina durante la noche o no se despierta aunque la necesidad de orinar sea muy urgente, decimos que tiene enuresis nocturna. La edad de adquisición del control del esfínter urinario es variable, de modo que algunos autores aplican el término enuresis a aquellos niños que mojan la cama después de los cuatro años y otros después de los cinco.

Entre los factores de origen del problema están:

– Factores genéticos: cuando los padres han sido enuréticos, un alto porcentaje de los hijos tiende a serlo, llegando a casi un 80% si ambos padres lo han sido en su niñez.

Retardo en la maduración del mecanismo neurofisiológico para el control de la orina: prueba de ello es que muchos niños se curan solos alrededor de los diez años de edad.

– Factores psicológicos, como pueden ser un mal uso del castigo en casa, familias disfuncionales, baja autoestima del niño, inseguridad, alto nivel de ansiedad, celos por la llegada de un hermano…

– Factores orgánicos, tales como inflamaciones e infecciones del sistema urinario e incluso malformaciones en la uretra y pelvis renal, que provocan un 5% de los casos de enuresis. Estos factores deben ser descartados tras un examen físico para empezar el tratamiento del problema.

Y para solucionarlo, lo primero que deben hacer los padres es ser tolerantes y sensibles, descartando en todo momento cualquier tipo de censura, reprimenda, castigo. No se debe castigar al niño cuando moja la cama, al contrario, alabarlo cuando no lo hace.

Además de esto, se pueden aplicar ejercicios de micción, esto es, pedirle al niño justo cuando empiece a hacer pis, que pare la orina unos segundos y continúe, y repetir esto varias veces durante la misma micción.

Y por la noche, aplicar un programa de economía de fichas: dar al niño un calendario en el que se va tachando las noches en las que no se moja la cama y cambiar, al final de semana, estos días por un reforzador material (juguete, salida…) previa negociación con los padres, amén de reforzar socialmente con alabanzas y elogios las noches secas. Por el contrario, la mañana en que amanezca mojado, no mostrar disgusto, sino comprensión y confianza en el programa.  Además de este programa de modificación de conducta, es recomendable despertar al niño a las dos o tres horas de haber quedado dormido y llevarlo a hacer pis. Muchas veces, el niño estará tan dormido que ni siquiera se acordará de ello al día siguiente, y puede ayudar a reforzar su confianza al amanecer seco.

Para terminar, podemos valernos de las nuevas tecnologías para llevar a cabo el programa de economía de fichas arriba señalado con esta aplicación que facilita el trabajo:

Enuresis Trainer para Android

Enuresis Trainer para Iphone y Ipad

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Cómo vencer la procrastinación

Continuando con el artículo anterior, se sugieren en este algunos factores que pueden estar causando tu procrastinación y algunas estrategias que pueden ayudarte a invertir la situación.

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  1. Falta de importancia o interés por la tarea.

Estrategia: Establece alguna recompensa personal por realizar bien la tarea.

  1. Compromiso con las expectativas o metas de otros (Ej., padres, amigos, profesores, etc.).

Estrategia: Analiza, reflexiona, discute y asesórate sobre lo que te gustaría realmente hacer.

  1. Perfeccionismo.

Estrategia: Da el primer paso y comienza la tarea, esto aumenta la motivación y la confianza en ti mismo para hacer el trabajo. Tendrás resultados positivos si eres persistente.

  1. Ansiedad ante la evaluación.

Estrategia: En lugar de darle tanta importancia a la opinión de otros, concéntrate en completar la tarea con el objetivo de aprender y reducir la carga de trabajo, así reducirás la ansiedad. También puedes echarle un vistazo a este artículo que escribí en su momento sobre la ansiedad en los exámenes

  1. Ambigüedad o incertidumbre ante la tarea a realizar.

Estrategia: Si es posible, pide al profesor más información respecto a lo que implica la tarea y se espera de tu trabajo.

  1. Sentirse incapaz de manejar la tarea por su tamaño y/o complejidad.

Estrategia: Divide los trabajos en partes o tareas más pequeñas y manejables, y abórdalas una por una; comienza a realizar el trabajo y conforme las dificultades emerjan, afróntales por ti mismo y/o pide ayuda.

  1. Pobres habilidades de organización del tiempo.

Estrategia: Prioriza tus tareas y quehaceres de manera que lo más importante se haga primero. Intenta resistir la tentación de distraerte con actividades triviales en vez de empezar con el trabajo real.

  1. Ocio de baja calidad y/o descanso insuficiente.

Estrategia: Sé realista y admite la necesidad de descansar regularmente el cuerpo y la mente. Planifica y organiza tu tiempo teniendo en cuenta actividades sociales, deportivas o artísticas que te ayuden a mantener un equilibrio.

  1. Exceso de compromisos.

Estrategia: Revisa tu agenda, priorizando, delegando y/o renunciando a algunas tareas (al menos por ahora).

  1. Pensamiento mágico: “si ignoro la tarea, desaparecerá”.

Estrategia: Revisa tu experiencia y comprueba cuántas veces el hecho de ignorar una tarea ha provocado su desaparición, o por el contrario, sigue pendiente y con menos tiempo para realizarla.

  1. Evitación de experiencias negativas.

Estrategia: Si no encuentras la manera de hacer la tarea más agradable o llevadera, intenta comenzar con las tareas que menos te agraden, y dejar para el final las que más te gusten.

  1. Baja tolerancia a la frustración.

Estrategia: Una vez superada la barrera de sentarte y comenzar, la siguiente dificultad consiste en ser persistente; de esta manera no sólo disminuyen las posibilidades de fracasar, sino que comienzas a sentirte bien.

Y por último, hemos de ser conscientes de que lo más eficaz e irreemplazable para superar el hábito de procrastinar es el compromiso de hacer mejor las cosas, y de sentirte cada vez más satisfecho con tu trabajo y contigo mismo.

Presentación Prezi sobre procrastinación

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Procrastinación, no dejes para mañana…

La procrastinación es el hábito de “dejar para mañana” actividades o situaciones que deben realizarse, para dedicarse a otras más triviales y agradables. Es decir, dar muchas vueltas para hacer algo, preocuparse reiteradamente pero sin hacer nada, no aprovechar el tiempo o dedicarlo a tareas imprevistas o innecesarias. Todos procrastinamos en algún momento, pero cuando este comportamiento se convierte en hábito, genera sentimientos de culpa, pereza, ineptitud, ansiedad, problemas de autorregulación y, finalmente, de autoestima. A continuación se ofrecen algunos ejemplos de procrastinación en los que quizás te veas reflejado.

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  1. ¿Te engañas a ti mismo creyendo que un rendimiento académico bajo, por debajo de tus posibilidades, es aceptable?

Por ejemplo, diciéndote que una nota media de Aprobado te permitirá acceder a las opciones de trabajo que deseas, puede restarte posibilidades de elegir en tu vida lo que realmente deseas y quieres.

  1. ¿Te engañas sustituyendo una actividad importante por otra?

Por ejemplo, limpiar tu piso o tu cuarto en vez de estudiar para un examen o preparar un trabajo. Aunque una vivienda limpia tiene mucho valor de por sí, si sólo adquiere valor ante un examen o trabajo importante, es que estás procrastinando.

  1. ¿Crees que las demoras pequeñas y repetidas son inofensivas?

Por ejemplo, interrumpir “cinco minutos” el estudio para ver tu programa favorito, puede conducirte a perder la tarde entera y/o restarle calidad al trabajo.

  1. ¿Estás acaso repitiendo o “dramatizando” tu compromiso con una determinada actividad en lugar de ponerte a hacerla realmente?

Un buen ejemplo es ir de viaje, llevarte los libros y no abrirlos, y si no te los llevas sentirte mal; o quizás castigarte con no salir con los amigos por no haber hecho la tarea, y quedarte en casa viendo la tele. Esta es la mejor manera de mantenerse en un constante estado de improductiva disposición a trabajar.

  1. ¿Perseveras sólo en una parte del trabajo?

Por ejemplo, elaborar la portada, corregir y reescribir el párrafo introductorio, pero sin enfrentarte al desarrollo y las conclusiones del trabajo. O bien, dedicar el tiempo de estudio a pasar los apuntes a limpio.

  1. ¿Te paraliza tener que decidir entre alternativas?

 Por ejemplo, inviertes tanto tiempo en decidir entre dos posibles temas para un trabajo, que luego te queda muy poco tiempo para elaborarlo.

  1. ¿Te resistes a hacer un trabajo por no estar seguro de obtener un resultado “perfecto”?

Por ejemplo, exigirte estándares inalcanzables no hace más que desanimarte. La perfección es imposible de conseguir.

En el siguiente post, continuaremos hablando de la procrastinación, en concreto de sus causas y ofreceremos una serie de estrategias para vencerla